domingo, 8 de abril de 2007

La leyenda del equipo aspirina



Un equipo aspirina es el que reanima a los equipos
contrarios que están en horas bajas y yendo de mal en peor en la competición. Pues están de enhorabuena estos equipos, entre los cuales se encuentra por supuesto el Athletic, que andaba tercero por la cola y en posiciones de descenso antes del partido de esta noche. Están de enhorabuena porque aquí está el Valencia dispuesto a ayudarles en lo que haga falta.

Una vez más el Valencia ha dejado bien claro que no hay ni Dios que sepa cuáles son sus objetivos en esta liga. ¿Disputarla? ¿Clasificarse entre los cuatro primeros que dan opción a jugar la Champions League? ¿Clasificarse para la Intertoto? Cuando crees que ya has visto de largo el peor partido, el Valencia se empeña en superarse a sí mismo y demostrarte que cualquier situación, por mala que sea, puede ir a peor (corolario a la ley de Murphy).

Y el caso es que esta noche el planteamiento de Quique ha sido bastante arriesgado. Yo incluso he pensado que valiente, por no decir suicida. Ha sacado de inicio a todos los no habituales. Butelle, Jorge López, Hugo Viana, Pallardó, Curro Torres... No sé si esperaba que se partieran el pecho intentando demostrarle lo equivocado que estaba al condenarlos al banquillo. Peregrina idea. Lo que han demostrado es que no tienen lugar en el Valencia.

En la segunda parte Quique ha sacado a los pesos pesados, Villa, Joaquín y Miguel, esperando que le dieran la vuelta al partido, que estaba ganando el Athletic desde el minuto 28 de la primera parte. Pues tampoco. Una vaselina al travesaño de Villa ha sido todo el peligro que ha llevado el Valencia a la portería contraria. Ni siquiera sirve de excusa el arbitraje de Mejuto González que se ha tragado un par de penaltis a favor del Valencia. No. La noche no era propicia para sacar un resultado que mantuviera al Valencia en la lucha por la liga y le diera moral para el partido contra el Chelsea del martes.

En fin. Por mí pueden empezar en el Valencia la operación limpieza para la próxima temporada. Quique ya ha demostrado de lo que es capaz, y algún que otro jugador, también. Sólo espero que en Champions sean capaces todos de sacar el amor propio y el fútbol que se supone que llevan dentro, y que la ganemos para poder entonces plantearnos el dilema de qué hacer con Quique, si erigirle una estatua o comprarle un billete sin vuelta a Tombuctú.

Fotos: www.as.com www.aspirinaus.com

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