martes, 5 de febrero de 2008

Nada une más que un enemigo común


Los medios de comunicación, los periodistas, llevan un tiempo en guerra. Unos contra Koeman. Otros contra Soler. Todos contra el Valencia CF, el enemigo común. Cada periodista o grupo editorial supongo yo que tendrá sus intereses particulares en esta ofensiva contra el club.

¿Cuáles son los motivos de esta campaña? No lo sé, pero puedo intuirlos. Hay periodistas muy amigos de Quique Sánchez Flores que ya se posicionaron junto a él en su conflicto con Amedeo Carboni de la temporada pasada. Siguen y siguen defendiéndole, y criticando a Soler por poner a Koeman en su lugar. Todo lo que hacía Quique era perfecto. Todo lo que hace Koeman lo hace mal.

Otros periodistas siguen lo que yo llamo línea política. Si Rita Barberá, del PP, toma una decisión sobre Mestalla y sobre la ubicación del nuevo estadio, el PSOE se opone. Si Francisco Tarazona, alcalde de Ribarroja del PP, aprueba el PAI de Porxinos para la ciudad deportiva del Valencia, el PSOE se opone. ¿Motivos? Los que sean. Da igual. El Valencia no es más que un peón en la gigantesca partida de ajedrez que juegan el PP y el PSOE por todo el territorio nacional. Y el PSOE emplea para ello los periodistas de sus medios afines.

Por supuesto que hay periodistas que añoran los viejos tiempos en los que tenían información de primera mano de lo que ocurría en los consejos de administración del Valencia CF, de lo que se comentaba en el vestuario, de los jugadores por los que se interesaba el club, de las negociaciones, de los fichajes. Debe ser duro adaptarse a los nuevos tiempos sin filtraciones ni confidencias.

No debemos olvidar a los que agrandan la situación caótica del Valencia para tener material abundante del que escribir y llenar columnas de periódicos y tertulias de radio. A río revuelto...

Por último están los periodistas seguidores de otros equipos (Levante, Villarreal, Real Madrid...) que se alegran de los males del Valencia, y que no dudan en echar más leña al fuego.

En definitiva que el Valencia ha conseguido hacer de muchos periodistas extraños compañeros de cama, unidos en su interés en contra del club. En su afán de desprestigiar a Koeman, a Soler y al Valencia son capaces de cualquier cosa.

El domingo por la noche escuché en Minut a Minut a un periodista despreciar los foros y la opinión de los foreros porque los que escribimos en ellos somos aficionados anónimos. Claro que somos anónimos. La mayoría de nosotros no tenemos casi ninguna opción de hacer oír nuestra voz, nuestra opinión. Alguna que otra carta o correo electrónico, algunos segundos al teléfono en algún programa radiofónico, y poco más. Y cuando hacemos oír nuestra voz, nuestras protestas, nuestros silbidos, nuestros gritos en el campo, siempre sale alguien a criticarnos. Pero no nos equivoquemos, una cosa es escribir de forma anónima, y otra cosa es no tener una opinión respetada. Aquí en los foros valencianistas con el tiempo acabamos conociéndonos todos, y los que escriben habitualmente y con sentido acaban siendo muy considerados en nuestra comunidad.

Y el conocimiento del fútbol, señores periodistas, viene de nuestra pasión por este deporte. Viene de muchos años y muchos partidos vistos a nuestro Valencia y a otros equipos. Viene de seguir con detenimiento el juego de los futbolistas. No tendremos la carrera de periodismo. No tendremos la habilidad de los periodistas para escribir, para informar o para hablar en la radio y en la televisión. Pero de fútbol, entendemos. Vaya que entendemos. Eso no se enseña en ninguna universidad ni en ningún master. Y lo que no entendemos es que intenten hacernos creer que lo que vemos en el campo no es verdad. Que la verdad está en sus artículos.

Por que mira que me fastidia (con j de joder) que ahora según este frente común anti Koeman y anti Soler, el Valencia de Quique jugaba casi como el Brasil de Pelé. Señores, que yo voy al campo. Que yo he estado más de dos temporadas viendo al Valencia de Quique. Que no me tienen que contar nada.

Si quieren criticar a Koeman, adelante. Nadie es perfecto, ni mucho menos. Y el holandés es muy criticable, porque tampoco es que lo esté bordando. Pero, por favor, que no lo comparen con Quique. Que no nos tomen por tontos diciendo ahora que con Quique el Valencia estaría en puestos champions. Porque hemos visto con nuestros propios ojos el juego ramplón y la poquísima ambición del Valencia de Quique. Porque, señores periodistas, aquí en los foros valencianistas ya vaticinamos hace meses la situación actual. Ya previmos la catástrofe con la ratificación en el puesto de entrenador de Quique.

Que no nos digan que los males del Valencia vienen por la marginación de ciertos jugadores, cuando todos sabemos que con Quique también se marginaron jugadores, y que en otros muchos equipos se han marginado y se marginarán jugadores. Que no nos digan que la culpa de todo es de Soler por tirar a Quique. En mi opinión, y en la opinión de muchos aficionados, la culpa de todo es de Soler por NO tirar a Quique.

Y es que en estos momentos los aficionados tenemos otro enemigo común. Esos determinados periodistas manipuladores y demagogos, de los que estamos ya más que hartos. Y lo peor de todo es que no son los tradicionales de toda la vida de Madrid (Tomás Roncero, Alfredo Relaño, José Ramón de la Morena, J.J. Santos, Manu Sánchez...). Son valencianos o por lo menos supuestamente valencianistas. No se me caen los anillos por nombrarlos: Pedro Morata, Damián Vidagany (antes conocido por Damià Vidagany), Rafa Monzón, Paco Lloret, Joan Carles Martí, Julián García Candau, Paco Nadal, Cayetano Ros, Chimo Ballesta, J.V. Aleixandre, Miguel Angel Vara y algún otro que se me olvida en este momento.

Por supuesto que hay que denunciar las cosas que se hacen mal en el club. Pero también hay que buscar las cosas buenas, para a partir de ellas hacer un Valencia más grande. Lo que vulgarmente se llama crítica constructiva. Afortunadamente hay, por supuesto, periodistas que ante todo son valencianistas: Julio Insa, Vicente Bau, Toni Hernández, Manolo Montalt, Juanjo Montaner, Josep Rovira, Carlos Bosch, Nacho Cotino, Inma Lidón o José Luis Chiclana, por ejemplo. Y perdón por los que se me olvidan.

¿Qué podemos hacer los aficionados? ¿Qué debemos hacer los aficionados? Pues ante todo protestar. Enviar cartas, SMSs y correos electrónicos. Educados y sin insultos, por favor. También dejar de comprar determinada prensa. Dejar de escuchar determinadas emisoras y determinados programas. Y hacer una piña todos juntos y con los periodistas valencianistas para dar tranquilidad al entorno valencianista y para enfrentarnos al enemigo común: a los periodistas carroñeros que lo único que quieren es un Valencia hundido y sin rumbo.

Ah, los aficionados también pueden entrar en los foros de sentimentche.com a dejar su opinión. Anónima, pero tan válida como la que más.

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